Temprano en la mañana acostumbro a leer el periódico de
fácil acceso pero de poca confianza para enterarme de lo que ha ocurrido
mientras descanso y recargo energías. Cuando leo las noticias de portada, que
por cierto ninguna es de cosas positivas, noto que de un tema de moda los
periodistas hacen su agosto sin darse cuenta que esto desvirtúa la realidad
de un pueblo. De las seis o siete noticias principales, cinco están
relacionadas con la noticia de portada, como si fuera una revista. Algo que me
provoca espanto, pero de todas las portadas una me impactó de
sobremanera. Claro está los medios querían vender y así lo hicieron. Esa
noticia todos saben cual fue y hablaremos de ella ahora.
Caso del ahora convicto Pablo Casellas. Ocurre en el año
2012, una fianza al acusado de $4,000,000 que prestó su padre con garantía de
devolución, un juicio de alrededor de 15 días y una decisión de 11-1 para un
veredicto final de culpabilidad. Uff! Eso sí fue un caso. Pero vamos al asunto en
realidad. Este señor fue encontrado culpable por el asesinato de su esposa con
todas las evidencias para arrestarlo al momento. Esto no ocurrió. El derecho constitucional lo
cobija, aunque nadie tiene derecho a quitarle la vida a otro ser humano, pero
vamos esto es justicia.
Nuestro personaje Saulo, así le llamaremos al convicto, era un
corredor de seguros, también de Mercedes, pistolas, de negros y de cuentos de hadas,
creó varias versiones de los eventos ese
día los cuales todos eran casi imposibles de creer. Aun así la justicia lo declaró inocente hasta que se
le pruebe lo contrario. Claro, es
importante reconocer el detalle que su padre Salvador es juez en la Corte
Federal. Esto podría provocar un a$unto muy grande en nuestra ju$ticia. Así que
el ministerio público decidió darle la oportunidad. Por supuesto, él es de la
nueva realeza.
Cuando se le iba a celebrar el primer juicio, Saulo formó un
berrinche de niño que hasta se vomitó encima, acto que le tratarían hasta en el
hospital, que hasta en estado comatoso le diagnosticaron. Pero no funcionó; aunque a
decir verdad sí, pues si lo comparamos con un ser como tú y como yo, sabrás que
hace rato estuviéramos en la cárcel aunque la fianza sea de medio millón. Luego
de ese espectáculo comenzó todo el calvario para Saulo. Su Salvador confiando
en la ju$ticia hablaba de la inocencia de su hijo menor. ¿Crees que este
Salvador no sabía del pecado de Saulo? Bueno esto se puede analizar más
adelante.
Con una batería de
cuatro abogados, Saulo fue directo al tribunal de su ciudad vecina para que le
celebraran un juicio ju$to. La fiscalía con 31 testigos y la defensa con uno
solamente dieron pie a una primera sospecha de culpabilidad. No creo que la defensa con un solo testigo para Saulo pudiera crear alguna duda razonable. Con los
informes de balística de los peritos, todos los que fueron al estrado y un
Saulo sonriente y tranquilo que durante los recesos comía galletas, provocaba
en el jurado abrir la celda y tirar la llave al Yunque. Lo cierto es que fue
declarado culpable, cambiando la forma de pensar de su Salvador y el semblante
de Saulo ya no era el mismo.
Muy bien vestido y esposado se llevarían al hombre que nos
hizo esperar casi 10 horas para un veredicto que todos sabíamos era culpable.
La prensa no pudo transmitir en vivo el momento del veredicto, el país no pudo disfrutar de
eso, aunque suene un poco cruel y morboso, pero te apuesto que querías ver su
cara al momento en que el alguacil le quitó todas las pertenencias y le dijo: “acompáñeme”.
Solo vimos las imágenes de este pobre individuo salir por la parte trasera del tribunal y escuchar a sus abogados decir
que apelaran. Claro sabemos que su $alvador debe estar detrás te todo esto.
Para su suerte y lo digo de forma sarcástica, Saulo después de
salir del piso 7 entraría en una cárcel de máxima de nombre 705 a comenzar su
condena. Allí lo esperaban como siempre ocurre, los médicos, sus medicinas, un
cuarto, perdón una celda con aire que acaban de arreglar luego de estar dos
años sin reparar y un tv para que no se pierda los muñequitos mientras aguarda
por lo menos 7 días para que se le dicte sentencia y lo extraditen a los
Estados Unidos a una cárcel por allá para que no le hagan mal a este Saulo que se
convertirá en Pablo. Y entonces podemos
decir se hizo ju$ticia. Igual que a todos los pobres del país cuando cometen un
crimen y pagan su fianza. El juicio tarda una semana en celebrarse, el aire de
la celda se daña, el tv no tiene antena y el agua caliente se acabó. Si dudas
solo tienes que ver las noticias y evaluar cuantos convictos se les da
seguimiento después de su condena. Este Casellas tuvo primera plana casi una
semana entera y aún hoy sigue en los periódicos.
No me atrevería a decir que la ju$ticia de este país tiene
un símbolo de dólar en el medio, pero
lamentablemente “el que nace bien parado no tiene que invertir salud” (Silvio
Rodríguez). Sabemos que los ojos del país y la esperanza de confiar en el
sistema judicial estaban en juego. El veredicto tenía que ser de
culpabilidad así las personas confiarían en este sistema que está hecho para
ser corrompido con jugadas de ajedrez y estrategias de medias verdades. Espero
que Saulo disfrute su estadía y que pueda cumplir con sus 118 años llenos de salud y paz mental. Que consiga
un nuevo amor y que sea feliz para siempre. Lo único que sé es que las Paredes
hablan y en su nuevo hogar tiene tres y una reja.